ORIGEN DE MALES
“Cada pueblo tiene sus mitos. Cada nación sus ideales, cada una refiere una historia de cómo se formó”
Es de suponer que los primitivos pobladores ignoraban la explicación de los diversos fenómenos de la naturaleza. Las manifestaciones narrativas y las exteriorizaciones típicas que emergen de una tradición oral transmitida de padres a hijos, están implicadas sus leyendas y mitos. Hoy no se puede suponer ni mucho menos afirmar en el lenguaje corriente, que estos relatos míticos significan mentira o ilusión, algo que no existe en la realidad.
“En las sociedades primitivas en que el mito se conserva aún vivo, distinguen cuidadosamente los mitos que para ellos son historias sagradas”. Los testimonios orales inherentes rigen y poblamiento de Males, tienen significantes que explican su origen y en donde la realidad se confunde con la idealidad, con la leyenda.
Los indios Males contaban sobre aves míticas, entre ellas, el papagayo “parece ser que Males significa pueblo del guacamayo, el que origino la leyenda. En este sentido, la leyenda sería una expresión del sincretismo. “El gallo canto tres veces”. Corresponde al simbolismo judeo-cristiano. Los abuelos de males decían: “El canto del gallo anuncia el amanecer y la aparición de los primeros rayos del sol, así como la tradición cristiana. “El gallo canta cuatro veces, luego nace el día, en el quinto tiempo que es el del centro y el de la manifestación…, el gallo es un emblema de Cristo como el águila y el cordero. Pero él pone particularmente de relieve su simbolismo solar: luz y resurrección”.
Las dos creencias parecidas en algunos aspectos se fundamentan en la mentalidad de indios Males y se construye en un mandato: “Fundar el pueblo donde cante el gallo”. El pueblo inmigrante del Valle del Guames esta predestinado por una fuerza sobrenatural que decide donde se fundara el nuevo pueblo. El gallo representa entonces el tiempo recorrido por los indios Males, el canto, la aparición de los primeros rayos solares, la localización del lugar y la fundación del nuevo pueblo.
En las versiones con relación al canto del gallo, dos señalan que el gallo canto una vez en lo que hoy es la vereda de los arrayanes; canto dos veces, en lo que hoy es la vereda de San Francisco de Yungachala; el gallo canto tres veces donde hoy es la población de Córdoba – antes Males- “Entre las criaturas de Dios…, hay un gallo cuya cresta está bajo el trono, las garras sobre la tierra inferior y las alas en el aire. Cuando los dos tercios de la noche han pasado y no queda más que un tercio, golpea con sus alas…, en este momento, todos los animales baten sus alas y todos los gallos cantan”.
En la leyenda (s) se describe que la mentalidad indígena integra a un personaje, al brujo, al hechicero, para “encantar o desencantar el Guamuez”, a él se apela. “Los pueblos tenían un brujo con poder y secretos para actuar en favor o en contra de los hombres, de las cosas y de los seres de la naturaleza”.
En la concepción indígena de Males, los brujos, son los que, con sus hechizos, conjuros, rituales dieron origen al mundo al mismo tiempo que originan su destrucción. “el hombre primitivo solo acude al poder mágico cuando siente agotarse los recursos de sus posibilidades naturales”.
Para la iglesia no había más verdad que la contenida en la biblia. El brujo es sinónimo del mal (es el diablo en forma de animal), es el temor, el peligro existencial que hay que derrotar. La presencia de San Bartolomé, de San Francisco y la Virgen del Rosario unidos a los demás sucesos, son sin duda la expresión de un sincretismo, la asimilación al cristianismo por parte de los indios de Males.
“Había un lugar que era productivo … era el valle del Guamuez… en este lugar había tres santos, La virgen del Rosario, san Francisco y San Bartolo. Cuando los habitantes se enteraron de que el pueblo iba a ser encantado, decidieron salir… La virgen se cansó de tanto caminar y se quedó en Tequis, San Francisco también se quedó en una cueva y san Bartolo y el resto de la gente con un gallo decidieron fundar un pueblo donde este cante”.
El vivir en armonía, el recuperar esas tierras fértiles, solo se logrará “cuando tirando de los bejucos de los arboles suenen las campanas”. Los bejucos de gran significatividad para los indios, usados para la elaboración de objetos de artesanías y las campanas símbolo del cristianismo que señala el encuentro con curas doctrineros y el ingreso a una nueva religión.
El valle del Guamuez “de lo antiguo” se encuentra al oriente del Municipio de Córdoba y en las religiones occidentales del putumayo, regadas por el rio del mismo nombre. Han sido desde tiempos inmemorables los dos sitios, puntos de ir y venir, de contacto y de conocimiento reciproco, por los habitantes de la zona.
La pelea de los brujos y su desaparición en “Rumichaca”, se refiere al sitio que los abuelos bautizaron con este nombre ubicado entre los límites de Córdoba y Puerres, donde se juntan las rocas y por debajo pasa el rio Tescual. La “Cueva” donde se quedó San Francisco, es la “Cueva del Oso”, en el actual cerro de San Francisco, ubicado al oriente de la población de Córdoba.
- Tiscual o Tescual, es un rio que demarca los límites entre el municipio de Córdoba y Puerres…
RELATOS
- Monseñor Remigio Narvaez B. En Guamez un brujo deseaba la hija de un rico señor y ante el desprecio de ella encanto al pueblo. Esto provoco la marcha de unas pocas gentes con la imagen de San Bartolome, para avanzar hasta donde cantara el gallo, y hacer la fundación de males.
- Mariano Abasolo. Chispas era un brujo que se trasmutaba y causaba maldad. Enfrentamiento de “Chispas” con el brujo Fernando, La ciudad del Guamez quedo encantada.
- Justa Benavides: Hacia el oriente había un clan que luchaba por el desencantamiento del páramo del Guamez. Se busco un brujo que había ganado en un enfrentamiento con otros hechiceros. Se procede al rito del desencantamiento.
- En el rió de desencantamiento de la laguna del Guamuez que no cumplió su objetivo. Sucede que la neblina desaparece a todos y estos se convierten en “piedras, arboles, lluvia y montañas”.
- Julio Guerrero: En las selvas del Guamuez, habitaba un grupo indígena gobernado por dos caciques. Obligados por un terremoto, desalojan el lugar, cuyo destino se fijaría por el “Canto de un gallo”, llevarían a su patrono San Bartolome.