LA LEYENDA DEL NIÑO AHUCA

La lluvia había dejado de caer, así que don Felipe tomo rápidamente su sombrero que tenía sobre la mesa junto a unas cuantas cervezas que se acababa de tomar con dos de sus amigos. Pago su cuenta, se despidió y salió de la tienda a paso calmado, se acomodaba la ruana mientras camina tratando de cubrirse del frio. La tienda de la que acababa de salir era de uno de sus amigos de la infancia, era la única de la vereda así que contaba solo con las cosas necesarias; arroz, atún, leche, lentejas, azúcar, sal, etc. y el pan que casi siempre estaba seco porque el carro del panadero pasaba solo los fines de semana. Felipe había pasado por ahí después de salir de trabajar para pedirle un favor.
Después de caminar más o menos unos 20 minutos un ruido estrepitoso rompió la calma y un sentimiento de escozor indescriptible apareció de repente en cada parte de su ser, sintió miedo y a la vez intriga, escalofrió y a la vez un sentimiento de tristeza porque creyó haber escuchado el llanto de un bebe, pero ¿Qué hacia un bebe a esta hora de la noche? Se preguntó Felipe completamente consternado, entonces se dijo a si mismo que probablemente fue una mala jugada de su mente y sin más siguió con su camino.  Apenas daba su segundo paso cuando otro ruido salió de lo profundo de los árboles que estaban a lo largo del camino, esta vez sí pudo escucharlo fuerte y claro para comprobar para su desgracia que si era el llanto de un bebe. Quiso de repente seguir su impulso y comprobar de donde salió el llanto, así que se dirigió con mucha precaución y sigilo hacia donde lo había escuchado, pero cuando estaba acercándose el llanto del bebe dejo de escucharse a ras del suelo y se sintió como si se elevara por los aires, una gota de sudor cayo por su frente mientras que sentía que su cuerpo se paralizaba y su respiración se agitaba tratando de mantener el ritmo de su corazón en calma. Al momento que recupero un poco la tranquilidad comprendió que clase de niño era el que le esperaba en las sombras, cualquier campesino de la región lo sabía.
Mientras se alejaba del lugar a toda prisa contaba las veces que había escuchado la historia del niño ahuca. “Contaban que desde hace mucho tiempo cuando una madre o padre que no quería a su bebe, iba y lo botaba en cualquier parte alejada de la vista, este bebe moría y su alma al no estar bautizado era condenada a quedar vagando por este mundo terrenal, y cada año en la fecha en que lo abandonaron empezaba a llorar para tratar de buscar su salvación. Cuentan que en algunas ocasiones algún personaje de gran valor y con mucha suerte, observo como era tal espectro y lo contaba a todos sus amigos naciendo así una descripción de este ser, cuando se escuchaba el llanto del bebe en el suelo era porque apenas estaba surgiendo de la oscuridad, y conforme seguía el llanto iba creciendo como si fuera un árbol pero donde lo que hacía que creciera era que muchos rostros del bebe aparecían uno encima de otro; así tan alto crecía tratando de alcanzar el cielo, pero nunca podría entrar pues estaba condenado, dicen que si te acercabas muchos los rostros caían sobre ti y te devoraban. Nadie sabe de dónde salió esto solo que se contaba desde hace mucho tiempo, pero algunos más intrépidos afirmaban que la única manera de quitar aquella maldición y liberar el alma del bebe, era la de tener presente la fecha cuando se escucha el llanto y cuando esta fecha vuelva en el año próximo tener agua bendita y sal, estar atento a cuando empiece el llanto y buscar inmediatamente el sitio y regarlo con el agua bendita y la sal y bautizar al niño en nombre del padre, del hijo y del espíritu santo. Así cuando estas palabras sean dichas ya nunca más se volverá a escuchar el llanto de un bebe abandonado en el bosque.”
Estando ya muy lejos, el llanto dejo de escucharse y el por fin pudo ver las luces de su casa que todavía estaban encendidas, con toda la calma recuperada recordó la fecha y la hora en la que había escuchado el primer llanto, aunque en realidad no le servía para nada pues don Felipe nunca iba a ir a tratar de salvar a esa alma en pena arriesgando su vida. Tal vez decidió recordar la fecha para nunca volver a pasar en la noche por ese camino.
Fin.